Entrevista a Andrés Reyes, "Luis Emilio" en El Sr. de la Q.

“Tengo cara de niño. Tengo 23 pero me veo de 19”, asume Andrés Reyes. El hijo menor de “El señor de la Querencia” -que también será el hermano más pequeño de los “Hijos del Monte”, la nueva teleserie de las ocho de la tarde de TVN- dice que luego de haber interpretado en “Floribella”, su primera teleserie, a Nicolás Fritzenwalden, necesitaba sacarse la marca del actor tween.

Qué mejor que el personaje de Luis Emilio Echenique, inmerso en una historia de ficción, en horario nocturno, bastante comentada por sus escenas de violencia, sexo y droga incluida, que le ha traído más de una crítica desde diversos sectores, dándole más publicidad a los personajes de la Querencia, que ya en la última semana de junio, alcanzaron el peak más alto de sintonía en toda su temporada: 34.4 puntos.

“Quedamos bien cansados al terminar la teleserie. Pero me entregué a la historia, a componer a este personaje que era bien jaranezco, para mostrar su lado humano. Esta teleserie me dio facilidades para mostrar otras cosas. Me decían que no me veía tan pendejo”.

-¿Te molesta que las críticas que se le hacen a “El señor de la Querencia” parecen olvidar que se trata sólo de una historia de ficción, hecha para entretener?
“Me molesta más que nada que la clase política y las entidades de fiscalización nacional estén preocupadas, siendo que en el día, en la televisión, hay miles de otras cosas que merecen ser, entre comillas, reguladas. No hablemos de censura… Que estén preocupados de una teleserie, que es ficción, que está en el horario que debe estar para ser transmitida, que se le está diciendo a la gente que si la van a ver niños, que la vean acompañados de personas adultas, me parece absurdo. Vemos que es una historia con la figura de poder súper exagerada, que es lo interesante para que enganche la teleserie, pero esas comparaciones con (Sebastián) Piñera, de que es el señor de la querencia…”.

¿A qué crees que se deba todo eso?
“Creo que hay un miedo a la memoria, a nuestras raíces, a cachar que nuestra historia no es indivisible. Se nombra a (Vicente) Huidobro, se habla del peón, pero no deja de ser una historia de ficción, y aún así hay un miedo de ciertas personas a recordar las heridas de Chile. No digo que seamos Europa, pero si vas a Alemania ahí está el edificio, que estaba en la Segunda Guerra, derruido. Lo tienen ahí para que la gente se acuerde y para que la mamá le diga al hijo ‘aquí hubo una guerra’. Pero siento que en Chile todo se tiende a olvidar, hay un miedo raro al conflicto. Es como ’pasemos piola’, cuando se deben contar las cosas”.

-Igual con las críticas se le ha hecho más propaganda. ¿Te ha traído beneficios para tu carrera?
“Evidentemente nos ha traído a todos beneficios, como trabajar con gente de teatro bastante interesante y yo espero que, por ende, me salgan más cosas.
“Lamentablemente, en este país, cuando te vas haciendo más conocido, también tu trabajo va siendo mejor valorado, en la medida en que te van respetando un poco más”.

-¿Por qué lo dices como algo malo?
“Porque el actor que, entre comillas, no vende, y que puede ser un excelente actor, a veces no tiene las mismas condiciones de trabajo que las de uno que se hace un poco más conocido. Pero eso es parte de esto y estoy contento de que ‘El señor de la Querencia’ me haya ayudado a hacerme más conocido, en la medida en que me ayuda a trabajar. Mi trabajo me lo voy a ganar actuando, haciéndolo bien, pero también está esta otra cosa de lo que le gusta a la gente”.

-¿En qué otros proyectos estás?
“Soy el guardiamarina Vicente Zegers, que es uno de los ayudantes de Arturo Prat, en (la película) ‘La Esmeralda 1879’, que vamos a terminar ahora. Es una mega producción de miles de millones de pesos. Cuando la vemos a veces no parece chilena. Tiene que estar lista para el 21 de mayo del 2009, fecha emblemática”.

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