EL VIAJE A Chile del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, marca un punto importante en la consolidación de los vínculos entre ambas naciones, al tiempo que ofrece la oportunidad de convertirse en un hito para las relaciones interamericanas. Se trata, sin duda, de la visita diplomática más relevante que ha llegado al país en varios años. La presencia del carismático Obama ofrece a los chilenos una rara posibilidad de ver en territorio nacional a un líder de alcance planetario.
Chile y Estados Unidos han ido desarrollando en las últimas décadas una creciente sintonía, la que se ha traducido en avances concretos, como la firma del Tratado de Libre Comercio en 2004, y en variados gestos de cercanía, que es como debe entenderse el hecho de que Obama haya escogido a Chile como uno de los tres destinos de su primera gira por América Latina. Nuestro país es visto por Washington como un lugar donde la democracia ha conseguido arraigarse con éxito y el respeto a la libre iniciativa y las normas institucionales son la regla, lo cual despierta las simpatías de EEUU. La visión compartida de ambos países en torno a principios importantes, como la defensa de los derechos humanos y del gobierno representativo, se traducirá en esta ocasión en la firma de un acuerdo para la promoción de la democracia en la región. Washington considera que Chile debe jugar un rol más activo en este ámbito, especialmente frente a algunos gobiernos del hemisferio que tienden hacia el autoritarismo bajo una fachada democrática. Al mismo tiempo, a nuestro país le conviene mantener a EEUU interesado y presente en la región, para contrapesar otros liderazgos emergentes.
Las posibilidades de cooperación bilateral son variadas. Van desde la coordinación y el intercambio de experiencias en iniciativas sociales por parte de las primeras damas, a la suscripción de un conjunto de acuerdos en ámbitos tan variados como la educación, el medioambiente y la tecnología. Estos se unirán así al que ambos gobiernos ya suscribieron el viernes sobre energía nuclear. Dicho acuerdo -similar a uno firmado hace unos meses con Francia- provocó algunas resistencias en la oposición, sensibilizada a raíz de los acontecimientos en Japón, acerca de los peligros de la tecnología atómica. Pero la necesidad de que en nuestro país se produzca un diálogo serio y de alto nivel sobre el asunto hacía recomendable la firma del documento, que permitirá acceder a conocimiento y capacitación en torno al uso pacífico de la energía nuclear.
El mandatario visitante utilizará su presencia en Chile para pronunciar lo que funcionarios del gobierno norteamericano han denominado un "importante discurso" ante autoridades, embajadores y altos dignatarios de organismos multilaterales, como la OEA y el BID, en el que describirá los principios que guían la política de su país hacia la región y recordará los 50 años del lanzamiento de la Alianza para el Progreso por parte del Presidente John F. Kennedy. Esta alocución, unida a la presencia de Obama en Brasil y El Salvador -las otras dos estaciones de su gira-, quizás ayuden a saldar la deuda que mantiene el actual gobierno de EEUU con América Latina, a la que ha dedicado una atención muy marginal durante sus dos años de mandato.
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