Sin noticias de los responsables ni arrestos por el momento después del atentado con bombas caseras que estremeció la línea de meta del maratón de Boston el lunes por la tarde.
Un niño de ocho años, Martin Richard -que había acudido a ver el maratón con su familia-, una mujer de 29, Krystle Campbell, gerente de un restaurante -que acudía con una amiga a hacer fotos- y una estudiante de nacionalidad china -cuya identidad no ha sido revelada- perdieron la vida. El atentado se saldó con más de 160 heridos, algunos de ellos de gravedad con severos daños que han requerido amputaciones en muchos casos.
Los dos artefactos explosivos que estallaron junto a la línea de meta de la carrera iban en ollas a presión con metal, clavos y metralla, en dos bolsas de lona. En rueda de prensa el martes, el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, descartó la existencia de explosivos adicionales, desmintiendo la información de que otros artefactos habían sido desactivados por la policía.
El presidente Barack Obama viajará este jueves a Boston para participar en un servicio interreligioso en memoria de las víctimas. Obama calificó el atentado de acto terrorista el martes, un día después de haber evitado esta puntualización. Señaló desconocer aún si los responsables eran nacionales o de fuera del país, o si se trataba de la labor de un individuo o de un grupo de personas. “Tomará tiempo estudiar cada pista y determinar qué ocurrió, pero lo averiguaremos”, dijo. “Encontraremos a quien ha causado daño a nuestros ciudadanos y los pondremos ante la justicia”.
La secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, señalo que “no hay indicios actualmente que sugiera que los eventos de Boston sean indicativos de una trama más amplia”. Aún así, grandes ciudades, como Nueva York y Washington, tomaron precauciones, desplegando fuertes medidas de seguridad en los lugares más emblemáticos y en los sistemas de transporte público, siempre recalcando que no existía amenaza alguna de atentado posterior a los hechos de Boston.
Durante la madrugada del martes, un apartamento en el barrio periférico de Revere fue registrado y la televisión local recogió imágenes de policías saliendo de un edificio con un gran número de bolsas grandes. Sin embargo, las autoridades se resisten a dar información, limitándose a indicar que la investigación está en curso, y solicitando la ayuda de la ciudadanía, a la que se animó el martes a enviar fotos o vídeos del lugar donde se produjeron las explosiones.
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