El Maipo hace 500 mil años registró una gran erupción que, de repetirse, borraría del mapa a la capital, Rancagua y Mendoza, arrojando una cantidad de ceniza que cubriría Sudamérica y daría la vuelta al mundo por varios días.
El terremoto de febrero nos demostró lo vulnerables que somos ante los fenómenos naturales. Sin embargo, hay otras manifestaciones de la tierra que pueden ser todavía peores, como una erupción volcánica.
A sólo kilómetros de Santiago se levanta el volcán Maipo, considerado una “mega caldera” y que hace unos 500 mil años tuvo uno de los estallidos más violentos que recuerde la ciencia. Prueba de ello, es que su ceniza cubrió gran parte del hemisferio sur y que, de repetirse, haría desaparecer del mapa a la capital, Rancagua y hasta la ciudad de Mendoza en Argentina.
La descripción de Wikipedia del macizo da cuenta de la espeluznante magnitud del fenómeno: “La gran erupción de la Caldera Diamante se encuentra entre los grandes eventos volcánicos conocidos por la ciencia. Se le califica con un 7 en la escala del 1 al 8 del Índice de Explosividad Volcánica; esto quiere decir que trata de una erupción ‘super-colosal’”.
El documento señala además, que este tipo de acontecimientos ocurren cada varios cientos de miles de años, “pero no se puede considerar que la Caldera Diamante –como se denomina al macizo por la laguna a su costado- se encuentre inactiva”.
Sin embargo, Hugo Moreno, jefe del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur, advierte que la descripción de Wikipedia no es la mejor, puesto que si bien es cierto que el Maipo erupcionó hace 500 mil años, nada indica que pueda entrar nuevamente en actividad.
“Yo creo que le pusieron un poco. Si la Caldera Diamante generara una erupción de nuevo, puede ser en unos 300 mil años más, porque en estos momentos no tiene ninguna actividad, no ha habido lo que se llama resurgencia”, explica.
El volcán Maipo es una “mega caldera”, es decir, una formación formada por el colapso de un edificio volcánico con un enorme cráter. De hecho, en nuestro país existen varias a lo largo del territorio: San Pedro de Atacama, Ojos del Salado y la Calabozo, al interior de Talca entre los volcanes Descabezado Grande y el límite con Argentina, por nombrar algunas.
La Caldera Diamante del Maipo, de hecho, tiene unas dimensiones de unos 20 kilómetros de ancho por unos 20 de largo, lo que dista de los 55 por 72 kilómetros de la del parque Yellowstone, en Estados Unidos. De todas formas, de entrar en actividad, la cantidad de material volcánico que podría lanzar a la atmósfera causaría daños inconmensurables.
“Si en un futuro lejano la Caldera Diamante hiciera erupción, la columna de ceniza tendría un ancho de varios kilómetros y una altura de unos 50 kilómetros e inyectaría material particulado que quedaría en lo alto por años y eso produce un enfriamiento de la tierra”, afirma Hugo Moreno.
De hecho, la nube de ceniza podría llegar a cubrir toda Sudamérica y daría la vuelta al mundo, tal como ocurrió con la erupción del volcán Hudson en 1991, cuya ceniza recorrió el planeta por nueve días.
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