"Ésta es la consagración de uno de los fenómenos musicales más importantes de nuestro país", dice Eva Gómez mientras ingresa al escenario para entregar la primera Antorcha de esta noche a Américo.
Una muestra de buenas intenciones por parte de la animadora, además de una estrategia para estirar los aplausos y consolidar la petición del mencionado trofeo por parte del público. Sin embargo, a estas alturas una idea como ésa ya no puede ser otra cosa que un agotador cliché y, por lo mismo, un error.
Ésta no es la consagración de Américo, porque el ariqueño llegó a Viña 2011 totalmente consagrado, y de ese modo se paró esta vez en el escenario de la Quinta Vergara, un año después de la que efectivamente podría rotularse como consagración.
Porque si el cantante de entonces era el fenómeno que venía a pasar la prueba en el Festival, el de este año es un profesional hecho y derecho, que incluso ha ampliado con certeza la lista de argumentos que puede exhibir en vivo.
Algo de eso muestra en la entrada con "Entre el amor y el odio", con una orquesta de más de una decena de músicos que hoy suena mucho más pulcra y ajustada, mientras Américo dosifica su voz de una manera en que antes no lo hacía, como si ya tuviera asumido que es un muy buen cantante, y que no necesita tantas demostraciones.
Eso también se graficó en un mayor relajo en escena, que permitió al ariqueño bromear con naturalidad, y arremangarse la camisa para tocar unas timbaletas y un cajón peruano.
No fue el único guiño a ese país tan presente en su repertorio (la gran mayoría de sus éxitos fueron compuestos por el peruano Estanis Mogollón). Un homenaje a Lucho Barrios con "Valparaíso" y la extrapolación de la sonoridad andina en el inicio de "Niña ay" (de William Luna), completaron uno de los cuadros del ariqueño esta noche.
El otro vino de la mano de la balada pop, en la que el cantante hace calzar su perfil con nuevas versiones para "Traicionera" y "Murió la flor", original de Los Ángeles Negros.
"Cómo te voy a olvidar", peak de 57 puntos de rating y el stock completo de trofeos en su maleta, marcaron el final del segundo paso de Américo por la Quinta Vergara, y que con toda seguridad no será el último: A este paso, el consagrado intérprete es una carta tan segura, que éste y los siguientes organizadores de Viña seguro lo querrán varias veces más en esta fiesta.
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